¿Cómo está la situación?
Microsoft, en los 90 años disfrutaba de una situación muy cómoda, que ha desaparecido paulatinamente hasta hoy. Hace unos meses, Microsoft dio a conocer un informe que muestra unos resultados inquietantes: una caída en las ventas de 57% en los teléfonos de la serie Lumia. En otro informe, esta vez de IDC, se aclara que sólo un poco más del 1% de los smartphones vendidos en el trimestre corrían con el sistema operativo Windows Phone.
Sólo poco más del 1% de los smartphones vendidos en el trimestre tienen Windows Phone
En otras palabras, Windows Phone tiene un mercado casi inexistente. Esto es lógico, en parte, porque que Microsoft se interesó demasiado tarde por el mundo de los teléfonos inteligentes. Cuando entró al mercado, el elenco ya estaba hecho y en un auge imparable con Android y Apple como los principales actores de la película.
¿Por qué no funcionó?
Como he mencionado, Microsoft se interesó demasiado tarde por este tipo de dispositivos. Llegaron al mercado con un producto conocido frente a competidores más desarrollados. Su asociación con Nokia le abrió puertas, pero no las suficientes. Sin embargo, tenían una importante ventaja: la gran mayoría de los ordenadores del mundo ya utilizaban su sistema Windows. La mayor ventaja de utilizar también un smartphone con Windows phone es una completa sincronización entre el dispositivo móvil y el de sobremesa, como podemos ver, por ejemplo, en Apple. Por desgracia para Microsoft, los usuarios no han sentido particularmente atraídos por este concepto.
Windows Phone era el chico nuevo en el mercado. Por lo tanto, no se benefició de la ventaja de empezar desde la casilla de salida como el resto de sus competidores. Al principio el sistema carecía de funcionalidad y estabilidad comparado con la competencia. Por supuesto, esos días quedaron muy atrás. El sistema se ha mejorado mucho requiriendo muy pocos recursos para correr muy fluido, pero su interfaz no es muy atractiva que se diga.
Muy pocas aplicaciones disponibles
Este universo es un círculo vicioso. Los usuarios tienen acceso a las aplicaciones y los desarrolladores de aplicaciones los usuarios que necesitan. En el caso de Windows Phone, hay pocos usuarios (en comparación con sus competidores, por lo menos), por lo que algunos desarrolladores creen que el mercado no vale la pena. Prefieren dirigirse a Android, que contiene muchos más usuarios, o hacia iOS donde los usuarios son más propensos a invertir. El problema con esta situación se notado a largo plazo. Los usuarios quieren más variedad de aplicaciones, pero el catálogo no ha aumentado mucho así que cada vez más han ido eligiendo otro sistema.
Mala reputación
En este punto es un poco más subjetivo. A lo largo de mi infancia, veía como Windows estaba preinstalado en casi todos los ordenadores y no había otra alternativa posible, al menos para el público en general. Microsoft controlaba un monopolio virtual y hacía uso y abuso. Era su estrategia, como en el ajedrez. Primero coloca peones (asociaciones de todo tipo con fabricantes de hardware) y luego pasa a la ofensiva para tomar el control.
De este modo, Microsoft se ha forjado una mala reputación de la que le va a costar librarse. Con una reputación así, es muy difícil atraer a nuevos usuarios. Dicho esto, creo que a la mayoría de sus usuarios no le importan mucho las viejas prácticas de la marca a la hora de comprar sus dispositivos.
Queramos o no, Windows Phone está condenado a desaparecer. Es toda una lástima, porque no es un mal sistema operativo. Habrá actualizaciones de seguridad actualizaciones hasta 2019. Hay muchas otras razones que llevaron a Windows Phone en esta situación. ¿Cuál te parece que ha sido la gota que colmó el vaso?
Fuente: Android Pit
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